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Vivir en Morón de la Frontera

Vivir en Morón de la Frontera es una experiencia enriquecedora que ofrece una diversidad de atractivos que van más allá de lo cotidiano. La ciudad combina elementos históricos, naturales y culturales para brindar una experiencia inolvidable a sus habitantes y visitantes.

Morón de la Frontera cuenta con un rico patrimonio histórico que abarca distintas épocas y estilos arquitectónicos. Además, su entorno natural, entre la Sierra Sur y la Campiña, ofrece paisajes únicos y accesibles.

Nuestra Ciudad conserva recuerdos de tiempos pasados: edificios, esculturas, plazas, iglesias… El centro histórico de Morón está lleno de lugares y callejones, todos llenos de encanto y con mucha historia.

A la hora de pasear por nuestras calles y disfrutar de lo que nos rodea, debemos dejarnos conquistar por su gente y por el ambiente que se respira. Nuestros vecinos y vecinas dan vida a la ciudad y sacan sonrisas, contagiándote de esa alegría y ayudándote a descubrir cada rincón de Morón.

En el casco urbano, las personas visitantes pueden explorar iglesias, conventos y otros edificios de interés arquitectónico, que reflejan la rica historia y la diversidad cultural de Morón de la Frontera.

La ciudad también ofrece una amplia oferta de eventos y festividades a lo largo del año, desde fiestas populares como la verbena del Pantano hasta eventos culturales como Kakareando y eventos deportivos como la media maratón La Cal y el Olivo, que llenan el calendario de vida y animación.

Los nuevos espacios culturales, comercios, bares y restaurantes que llegan con conceptos frescos sirven de aliciente para potenciar los atractivos que esta ciudad posee desde siempre como son su clima privilegiado, su ubicación estratégica, su historia y su cultura.

Morón de la Frontera, se presenta como un destino ideal para aquellas personas que buscan vivir experiencias auténticas y enriquecedoras, así para aquellas que desean explorar nuevas opciones de ocio y descanso en un entorno tranquilo y acogedor.


Leyenda del Gallo de Morón 

Cuentan las antiguas crónicas que, allá por los años de mil quinientos, el pueblo de Morón se encontraba dividido en dos bandos, cada uno capitaneado por sus respectivos alcaldes.

Era tal la rivalidad existente entre ellos que cualquier problema, por simple que fuera, se convertía en una cuestión de fuerza y poder, por lo que continuamente la tranquilidad y sosiego del pueblo se veía rota por estos apasionados enfrentamientos.

Se afirma que cuando se trataban temas relacionados con los nombramientos de las nuevas autoridades locales, las disputas tomaban entonces tintes de motín, por lo que su repercusión llegaba hasta la capital, donde se consideraba a Morón como uno de los pueblos más rebeldes y difíciles de gobernar de todo el reino.

La Chancillería de Sevilla y Granada y la misma Corte de Madrid estaban asombrados ante los asuntos de Morón, ya que aunque mandaran jueces imparciales afirmaban que el orgullo de Morón no admitía ningún arbitraje ajeno, aunque éste viniese respaldado por el más alto tribunal.

Estas divergencias y rencores en lugar de apagarse, cada vez eran más y más hondas y a la Chancillería de Granada no le quedó otro remedio que volver a intervenir en estos asuntos. Así, en la primavera de 1597 llegó a Morón el doctor Juan Esquivel (Audiencia Regional de Andalucía) que tenía un carácter fuerte y poco tratable. Además, se dirigía de forma grosera a los señores de Morón, a quienes provocaba diciendo, entre otras cosas,que donde él estuviera no había más gallo que él, razón por la que los lugareños le comenzaron a llamar el “Gallo de Morón”.

Las palabrerías, insultos y provocaciones del doctor Juan Esquivel, motivaron que los grandes señores de la villa se reuniesen para vengarse de todo lo que estaba diciendo y haciendo.

De este modo, una noche el doctor Esquivel fue sacado sigilosamente al Camino de Canillas, donde le despojaron de todas sus ropas y, dándole una paliza con varas de acebuche, le “invitaron amablemente” a marcharse con la condición de que si volvía a presentarse, lo pasaría mucho peor, ya que no lo contaría más.

Desde ese día, en las calles de Morón se canta una coplilla que recuerda a todo el mundo este suceso, y que dice así: 

“Anda que te vas quedando como el Gallo de Morón, sin plumas y cacareando en la mejor ocasión” 



Morón Monumental

La ciudad de Morón de la Frontera se encuentra enclavada entre la Campiña y las Sierras Subbéticas y está flanqueada por un imponente castillo. Su caserío está salpicado de palacetes y casas blasonadas, además de espadañas y torres, pertenecientes a sus numerosos edificios religiosos. También despuntan chimeneas, que hablan por sí solas de su pasado industrial.

En este recorrido, podrá conocer el devenir histórico de la ciudad a través de sus principales monumentos y lugares de interés, entre los que destacan: el Espacio Santa Clara, la Iglesia del Convento de Santa Clara, los jardines de la Carrera, el Ayuntamiento, la Iglesia barroca de la Compañía, la Casa de la Cultura, la Iglesia del antiguo hospital de San Juan de Dios, la Iglesia de San Miguel, el del Paseo de la Peña o el del Castillo entre otros. 



Castillo de Morón

El castillo de Morón fue una de las fortalezas pertenecientes a la Banda Morisca y durante siglos dominó un vasto territorio fronterizo entre la Campiña y la Sierra Sur de Sevilla.

Ese carácter fronterizo hace que el cerro del castillo esté habitado desde el siglo VII a.c. hasta los años 60 del siglo XX, cuando los castilleros se convirtieron en sus últimos moradores.

Sin embargo, el periodo que va desde la conquista de la villa por parte de las tropas de Fernando III, en 1240, hasta el siglo XVI será el que defina su aspecto actual, sobre todo, en su elemento más destacado la Torre del Homenaje.

A partir de 1285, la Orden Militar de Alcántara modificará todo el recinto y construirá una primera Torre del Homenaje, la cual se volverá a modificar a partir de 1528, cuando los Téllez – Girón, futuros Duques de Osuna, transformen toda la fortaleza en una residencia palaciega y forren esta Torre con un muro de 7 metros, dando lugar a la existencia de dos torres superpuestas y, como consecuencia a una de las Torres del Homenaje de mayor extensión de España. 



Naturaleza de Morón

Morón de la Frontera está marcado por un territorio con rasgos culturales atesorados a lo largo de su historia, multitud de paisajes moldeados por faenas campesinas y un imponente patrimonio de cortijos, chozas, yacimientos arqueológicos, actividades artesanales, romerías y ventas, esparcidos a lo largo de caminos, veredas y cañadas reales. 

Los matices geográficos son la marca personal de estas tierras de paso entre el suave vaivén de ricos cultivos y el fascinante entramado de sierras con vertiginosos tajos y abruptos macizos, sobre el que ríos y arroyos han excavado su curso y en el que infinitas horas de luz permiten disfrutar de actividades al aire libre, desde tranquilos paseos hasta prácticas deportivas más atrevidas. 



Fiestas de Morón 

Las fiestas constituyen una experiencia enriquecedora que evoca imágenes auténticas de la localidad. En Morón, el atractivo reside en la variedad y peculiaridad de sus fiestas.

Su calendario festivo es amplio y diverso. En Enero, una espectacular Cabalgatas de Reyes Magos llena sus calles; en Febrero la ciudad inunda sus calles de fiesta y alegría con su afamado Carnaval. Nuestra Semana Santa declarada Fiesta de Interés Turístico Nacional de Andalucía, es una de las fiestas más arraigada y tradicional de la ciudad. En Septiembre, el Paseo de la Alameda se viste de gala para albergar nuestra Feria, una de las más antiguas de España. 



Gastronomía de Morón 

Los parajes de la zona proporcionan productos silvestres como los espárragos, las tagarninas y los cardillos, protagonistas principales de las recetas populares que podrá degustar en la amplia variedad de bares y restaurantes con los que cuenta el municipio. Además, se trata de un lugar propicio para practicar la caza menor, cuyas piezas nos permiten platos exquisitos y populares.

Morón de la Frontera es un pueblo agrícola con terrenos propicios para el cultivo del olivo y con una fuerte industria ligada al olivar. Productos como el aceite de oliva y la aceituna de mesa son reconocidos internacionalmente por su excepcional calidad.

También puede encontrarse una tradicional repostería que elaboran artesanalmente las monjas de Santa Clara y de Santa María, así como numerosas pastelerías que elaboran durante todo el año una amplia gama de productos. 



Flamenco de Morón 

El Flamenco constituye uno de los marcadores culturales y artísticos más importantes en la historia reciente de Andalucía, desde el siglo XIX hasta la actualidad y Morón de la Frontera forma parte de la historia del flamenco por su aportación a este arte con un sabor particular en el toque, cante y el baile.

Morón de la Frontera está considerado un referente en el mundo del flamenco, siendo una de sus señas de identidad el denominado “ toque de Morón”, popularizado en el pasado siglo por el tocaor Diego del Gastor.

El flamenco es un arte vivo hoy en Morón de la Frontera con artistas reconocidos en el toque, cante y baile, contando además con las escuelas municipales de baile flamenco y guitarra flamenca, acercando este arte a los más jóvenes y ofreciéndoles desde hace varios años la oportunidad de participar en el festival flamenco Gazpacho Andaluz, celebrándose cada año en el mes de julio.